29 septiembre 2008

Breve historia de la cerveza

Uno de los proverbios más antiguos, escrito en lengua de los sumerios, exime al trago de toda culpa en caso de accidentes:

La cerveza está bien.
Lo que está mal es el camino.

Y según cuenta el más antiguo de los libros, Enkidu, el amigo del rey Gilgamesh, fue bestia savaje hasta que descubrió la cerveza y el pan.
La cerveza viajó a Egipto desde la tierra que ahora llamamos Irak. Como daba nuevos ojos a la cara, los egipcios creyeron que era un regalo de su dios Osiris. Y como la cerveza de cebada era hermana melliza del pan, la llamaron pan líquido.
En los Andes americanos es la ofrenda más antigua: desde siempre la tierra pide que le derramen chorritos de chicha, cerveza de máiz, para alegrar sus días.

Eduardo Galeano. Espejos, Una historia casi Universal. Madrid, Siglo XXI, 2008.

19 septiembre 2008

Premio al Esfuerzo Personal 2008

Desde su blog, Sueños en la memoria, mega nos concede este premio, compartido con otras bitácoras, con el que reconoce nuestro esfuerzo por crear vínculos y espacios que empiezan por lo textual y literario pero terminan más allá, traspasando a veces a lo personal, al cara a cara, la calle, los bares, las manos y el afecto.

Este blog nació hace ya dos años, en octubre de 2006, idea de dos oficinistas nerviosos (quién lo diría), y ha corrido diversas suertes. Echó a andar solo hace tiempo y sigue queriendo, básicamente, ensanchar textos y literatura, compartir, sugerir, proponer.

Con respecto al premio, el único problema, intrínseco a la naturaleza del blog, es que para decidir a quién reenviarlo tendríamos que organizar una votación masiva, porque somos muchos los que participamos. ¿Cómo lo hacemos, chicos?

¡Muchas gracias gracias en nombre de LPDS!

Miradas sobre la India

Mi amiga Carla me pasa este apunte a la acuarela de su cuaderno de viaje de la India, acompañado de un fragmento de un libro que tuvo bastante éxito en su momento. Me dice que define el fragmento algo del carácter indio, de las sensaciones que en este agosto y parte de septiembre recogió.




No sabia que en algunos lugares, como en el país del que procedia Rahel, habia diferentes clases de desesperacion que pugnaban por la primacía, y que la desesperación personal nunca llegaba a ser lo suficientemente desesperada. Que algo sucedia cuando la confusion personal chocaba casualmente con el altar levantado al borde del camino a la confusion pública de una nacion.

El Dios de las pequeñas cosas
Arundhati Roy, India, 1961

15 septiembre 2008

[

Mi mujer dice: haz una lista. Me da un cuaderno y un lápiz, como si fuera un escolar. Pongo su nombre en redondillas y ella arranca la hoja y llora.
Llora. No como una niña ni como una vieja que piensa que ya no vienen a visitarla. Llora de verdadera molicie. De verme feo y sin uso, incauto.
Le pido no me dejes. Ella enciende la televisión y me mira como diciendo dame tregua, no te rebajes, vete de putas, véngate, date cuenta de que hace seis meses que no te beso, un año que no te hurgo, dos que casi no hablo contigo; dice grita, bebe, da un portazo, mátate con el coche, escapa de mí, piensa que te he reventado, que te he rajado la vida, que me he cagado en tus ideas, en tu identidad, que te he rascado por dentro y he soplado dentro de ti como dentro de un cristal fundido y luego te he estrellado contra el suelo.
Mi mujer dice: haz una lista, Llévate lo que quieras. Lo que quieras. Menos a mí.
Y pienso: quiero
una guerra
un sótano
ella y yo refugiados
astillas, barriles de vino, mantas de arpillera
le digo
no tengas miedo
no llores
Pero ella llora en mi camisa
y su cuerpo tiembla
(sopla cálido, del sur)
como los árboles que veo desde la habitación
Quiero, firme: guerra, invasión, pogromo, treblinka contra occidentales aburridos, la nefanda raza de anodinos occidentales que –brama en sus micrófonos el líder– hunde nuestra nación con sus banalidades (fiebre de aplausos, las juventudes antisustanciales golpean el suelo con sus estandartes).
Quiero (pienso) un ombligo para los dos, el hilo de oro que nos cosa las costillas.
Quiero que no te vayas. Mejor, firme: quiero que no tengas adónde.

]

Fragmento de Rosas, restos de alas, la primera novela de Pablo Gutiérrez (Huelva, 1978), publicada en La Fábrica Editorial (Madrid), Biblioteca BlowUp Novelas Cortas, 2008.

11 septiembre 2008

Verbo

El verbo se hizo carne
y anidó entre nosotros,
incluso en las gramáticas.
Escrito está en sus páginas el tiempo:
el pretérito imperfecto de mis años,
el oscuro futuro de la hipótesis
y el presente indicativo de tu ausencia.

Literatura

Escrito está en mi alma vuestro gesto
Garcilaso de la Vega


Reflejan estas horas de agua nieve
tu beso en la memoria de los charcos,
y cala gota a gota la caricia
la piel y la bufanda de mi olvido.
Ahora que se hielan las ausencias
y se hace material este vacío
regreso a mis tareas literarias
sabiendo la verdad de todo esto.
En el baño olvidaste tu cepillo
y en mi alma la escritura de tu gesto.

My darling

Restriégate, mujer, en esa boca
que no sabe de ti más que tu falda.
Restriégate, cherie, dame la espalda
que sé cuando se pierde y hoy me toca.

No creas, mon amour, que estoy deshecho.
Me queda dignidad para engañarte.
Nostalgia y disimulo tiene el arte
de amar cuando mi amor es mi despecho.

Gitana de mi beso disecado
que bailas sin peinetas ni tacones
desnuda con el pecho despeinado.

Fulana honoris causa en revolcones.
My darling de la cama del de al lado.
Desvelo de mis noches sin pasiones.


Tres cortos de Oposiciones a desencuentro, el primer libro de poemas de José Mª García Linares (Melilla, 1977), publicado en Dauro (Granada), en 2007.

08 septiembre 2008

Vila-Matas. París no se acaba nunca (Fragmento)

"No había modo de encontrarme con alguien conocido en los cafés y un sentimiento de gran infelicidad se apoderaba de mí todos los domingos, me los pasaba esperando a que el día siguiente volviera a ser lunes y todo recuperara cierta normalidad. Muchos domingos por la tarde, bajaba a la librería de los sótanos del drugstore de Saint Germain y miraba libros. Algunas veces, como si tuviera que justificar el largo rato que me pasaba allí haciendo tiempo, acababa comprando un libro de bolsillo que me destrozaba el presupuesto semanal. Me aburría y lo sabía, miraba diez, veinte veces los mismos libros.
La vida es corta, y aún así nos aburrimos, decía Jules Renard.
Algunos domingos tenía yo la impresión de que estaba allí haciendo horas para poder regresar a Barcelona y contar que vivía en París. "


Enrique Vila-Matas
París no se acaba nunca. Anagrama (2003)